En este sentido, debido a las fluctuaciones electromagnéticas generadas por las intensas tormentas solares se sabe que no pueden dañar directamente los cables de fibra óptica que forman la columna vertebral de Internet, aunque sí tienen el potencial de eliminar los amplificadores de señal que se encuentran a lo largo de los cables submarinos que son necesarios para mantener las conexiones a grandes distancias.
También se podría generar interrupciones del acceso a Internet. Además, las tormentas solares pueden provocar apagones generalizados al sobrecargar las redes eléctricas y desconectar los sistemas GPS.
Aunque, las conexiones actuales de Internet a larga distancia suelen operar a lo largo de cables de fibra óptica, en los que pulsos de luz rebotan en el interior de las hebras de silicio para transmitir información. Debido a esto, los cables en sí mismos no son directamente susceptibles a las corrientes inducidas magnéticamente.
El profesor Abdu Jyothi, líder del trabajo, explica que no se puede decir lo mismo de los ‘repetidores’. Estos dispositivos actúan como amplificadores de señal asegurándose de que no se degrada demasiado la señal cuando llega al otro extremo de la conexión. Ya que están construidos con componentes electrónicos, lo que significa que podrían dañarse a causa de una tormenta solar. El enlace podría dejar de funcionar, de ahí que esta plataforma sea más vulnerable en caso de una interrupción generalizada de la red.
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