El estudio realizado por la Universidad de Roma determinó que comer hormigas y otros insectos podrían proteger a las personas de desarrollar cáncer. A pesar que no es un ingrediente apetitoso dichos animalitos pueden valer la pena tragarlos.
Científicos encontraron que algunos insectos contienen más antioxidantes. Los antioxidantes como las vitaminas reducen el desarrollo de radicales libres potencialmente peligrosos en el cuerpo.
Vale destacar que solo se usaron las partes solubles de los insectos. Se les quitaron las alas y los aguijones.
Aunque suene increíble, los insectos proporcionan proteínas y nutrientes de alta calidad en comparación con la carne y el pescado. De hecho, en algunos casos pueden llegar a tener el 70% de valor proteico, razón por la que los expertos aseguran que los insectos pueden ser especialmente importantes como complemento nutrional para los niños desnutridos, porque la mayor parte de las especies de insectos contienen niveles elevados de ácidos grasos (comparables con el pescado).
Esta idea también es defendida desde la Sociedad Entomológica de Estados Unidos, pues sus estudios determinan que las termitas, las orugas, los saltamontes, las moscas, las arañas y los gorgojos constituyen mejores fuentes de proteínas que el pollo, el cerdo, el cordero y la vaca, pues, además, apenas tienen grasa.
Además son ricos en fibra y minerales. Los bichitos comestibles también son ricos en fibra y micronutrientes como cobre, hierro, magnesio, fósforo, manganeso, selenio y cinc.
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