El escritor irlandés George Bernard Shaw alguna vez dijo “el hombre se adapta al mundo que le rodea; el hombre irracional se obstina en intentar que sea el mundo quien se adapte a él. Por tanto, todo progreso se debe al hombre irrazonable”. Muchos emprendedores sociales no solo son irrazonables, llegan incluso a ser considerados locos por sus familias y amigos. De todas formas una buena parte de un futuro mejor depende de que sean exitosos con sus ideas y modelos de negocios innovadores.
Todas las historias de éxito que conocemos partieron de ideas descabelladas, y en algunos casos que eran imposibles, por ejemplo: el internet, el WiFi, el teléfono, la bombilla, el televisor, el auto; negocios como Google, Youtube, Amazon, Facebook, entre otros.
¿Puede más la razón?
En esta era, nos condicionan a ser lógicos, a no equivocarnos, donde salir de la zona de confort es considerado algo de "locos", entrar a lo desconocido es un peligro y no podemos hacerlo por los riesgos. Vivimos una vida de rutina, es lo que nos tocó y debemos conformarnos. Soñar no está permitido.
Nos enseñan a trabajar por los sueños de alguien más: "se el mejor en la universidad para que logres trabajar en una empresa de renombre". Pero no nos enseñan a trabajar por nuestros sueños, por eso vemos a profesionales graduados en carreras que no les apasionan y caen en frustración.
Ahora bien, todos los seres humanos tenemos un propósito por descubrir. Nacimos para la grandeza. Cuando reflexiones que la vida que estás viviendo no es la que quieres, estarás a un paso de descubrir cuales son tus dones y talentos únicos. De allí reside el hecho de salir a hacer lo que tienes que hacer, porque es un plan perfecto que se alinea para que sea conquistado por ti.
¿Ser Irrazonable?
Es convertir lo imposible, posible. Todo lo puedes lograr, con metas y objetivos claros. El secreto del éxito es no desistir y abandonar cuando las cosas empiezan a salir mal. Es el trabajo enfocado. Es ver los resultados en tu mente, para que se manifiesten en el exterior.
Debemos comprometernos y tener disciplina, de allí parte todo. Las historias de éxito tienen algo en común: "es convencerte a ti que vale la pena trabajar por tus propios sueños". Entendí que el éxito es un camino, no un destino. No es llegar a la meta y allí finaliza todo. Es saber que siempre vas a tener que conquistar algo nuevo.
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