La cosmética le ha dado una importante posición contra el combate del envejecimiento cutáneo. En recientes investigaciones, en las que se trabaja a partir de las polémicas células madre, participan científicos con reconocimiento internacional cuyos nombres suenan como futuros candidatos al Nobel.
Los nuevos tratamientos anti envejecimiento, imponen revisiones del pasado y promueven nuevas innovaciones, tendientes a que la mayoría de los cosméticos deben proveer como principal función, la protección de la vida de las células ya existentes.
En una entrevista llevada a cabo al Dr. Pedro Jaen, coordinador del grupo de dermo-cosmética de la Academia Española de Dermatología y Venereología, jefe a su vez del servicio de dermatología del hospital Ramón y Cajal de Madrid, destacó este interesante cambio de enfoque, asegurando que hasta ahora lo que se hacía era provocar una irritación en la piel, una exfoliación, para que la piel respondiese a ese estímulo, “…hemos pasado de atacar las arrugas a preocuparnos por paliar el envejecimiento”..
Sin embargo, no todos los dermatólogos tienen el mismo punto de vista acerca del alcance real de estos avances. El doctor Francisco Camacho, catedrático de Dermatología de la Universidad de Sevilla y jefe del departamento de Dermatología del hospital Virgen Macarena de esa ciudad. Coincide con él Pedro Jaén: “Una cosa es la teoría de que estos principios activos funcionan y otra que, incorporados a una crema, tengan la función que aseguran.”
Camacho, organizador del Congreso Internacional de Dermatología celebrado el a mediados de pasado año en Madrid, nos aportó reciente revisiones, destacando que los únicos estudios reconocidos con células madre son los que se están realizando en Inglaterra para conseguir trasplantes de cabello, y que “en cinco años podremos hablar de ello.
Acerca de que las células madre también serían capaces de estar incluidas en productos cosméticos, considera que los tratamientos anti edad no pueden estar al margen de la revolución que ha significado la aparición de las células madre en el ámbito científico internacional. Así, veremos nuevos tratamientos que emulan la acción de este tipo de células, surgiendo con el propósito de regenerar el tejido del rostro para que éste recupere su firmeza; y también, de frenar, detener o mostrarles una señal de stop a los signos del envejecimiento antes de tiempo.
Las células madres son las que tienen la capacidad única de renovarse a sí mismas y, a su vez, regenerar otras (incluidas las que forman el tejido cutáneo). Aun cuando la polémica sobre este aspecto está servida, algunos laboratorios de las firmas de belleza ya han incursionado en la investigación de la efectividad de las células madre para desarrollar fórmulas que trabajen a semejanza de éstas con el fin de regenerar, reafirmar y preservar el tejido cutáneo; en otras palabras, favorecer al rejuvenecimiento facial.
Estas nuevas cremas, que son básicamente antiedad, cuentan, además, con tecnología avanzada para que sus componentes lleguen con facilidad a las capas más profundas.
Otras innovaciones, apuntan otras a crear principios activos inspirados en las técnicas modernas de la biología molecular o lo que se reconoce como la dermobiótica que, del mismo modo, prometen rejuvenecimiento facial y un look, más saludable, al optimizar su sistema de mecanismo de defensa contra todo factor o agresor externo que pueda irritarla o maltratarla.
Sin embargo, no existe fórmula milagrosa, la piel cuenta con implacables enemigos: el sol, el estrés, los malos hábitos alimentarios, el consumo de tabaco y el alcohol, la falta de cuidados y el paso de los años. Estos hacen que la efectividad de la crema anti edad, aún la más potente o vanguardista, no acrisole su cometido.
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