El estudio, fue llevado a cabo con 23 caballos, consistió en mostrarles pizarras con símbolos en las que se les ordenaba llevar una manta hasta algún sitio o no hacerlo.
Los equinos podían escoger entre los símbolos “poner manta”, “quitar manta” o “no cambiar”. Luego de 10 años de entrenamiento, los caballos comenzaron a comprender los símbolos y tocaban la pizarra cada vez que querían comunicar alguno de los tres conceptos.
La investigación también evaluó su “sentido común”, para analizar si su conducta variaba de acuerdo al clima. Por ejemplo, intentaron determinar si cuando llovía el animal cambiaba su opinión sobre si era o no necesario poner la manta.
Para sorpresa de los científicos, los animales escogían los símbolos de acuerdo con los factores climáticos. Cuando hacía frío, había viento o llovía, los caballos tocaban la pizarra donde decía “poner manta”, si la manta estaba puesta seleccionaban “no cambiar”. Por otro lado, cuando había sol seleccionaban “quitar manta” o, en el caso de que no esté puesta, “no cambiar”.
Para los investigadores este resultado demuestra que los animales comprenden las consecuencias de sus acciones.
Una investigación similar se realizó en las universidades de Otago (Nueva Zelanda) y Ruhr (Alemania) pero con palomas. Luego de adiestrar 4 aves durante 250 días consiguieron que discriminaran hasta 58 palabras en inglés y más de 8.000 combinaciones de las mismas que tenían un error o no formaban ninguna palabra. En un acto tan tierno como interesante, las palomas lograron señalar con su pico la letra errónea.
Pensábamos que los primates y los delfines eran los más inteligentes del reino animal, pero ahora sabemos que los caballos y las palomas no se quedan atrás.
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