El doctor en Ingeniería Biomédica Max Ortiz Catalán de origen Mexicano, ha desarrollado la primera prótesis de mano que se conecta de forma directa al hueso, los nervios y músculo. Dicha prótesis mantiene una conexión mecánica con el hueso y otra eléctrica con los electrodos, esta unión de interfaces neuronales y musculares permite un control preciso, firme (se puede manipular un objeto pequeño y delicado sin romperlo o tirarlo) e intuitivo (es posible mover la extremidad con sólo pensarlo) de la mano artificial, además brinda sensaciones en la prótesis como si se tratara de la propia mano del paciente.
Este novedoso aparato consta de un implante y una prótesis, que mediante la cirugía se coloca el implante de titanio en el hueso (las células óseas crecen alrededor del implante, proceso llamado oseointegración) y un sistema de control que conecta electrodos a músculos y nervios. Esta prótesis permite tener sensaciones, libre movilidad y prácticamente se maneja con la mente.
La oseointegración (la cual no sucede con otro tipo de material, como acero inoxidable, pues éste genera encapsulamiento e inestabilidad mecánica) podría acabar con problemas de inflamación, rozaduras e incomodidad de las prótesis convencionales de encaje o socket, pues "estas presionan fuertemente el muñón, se siente como tener zapatos que aprietan permanentemente y no es confortable", explicó Ortiz.
El doctor Max busca desarrollar la prótesis en México; sin embargo, el implante de titanio usado para la prótesis anclada al hueso solamente se encuentra disponible en países de Europa, así como en Australia, Chile y Estados Unidos.
"Nos enfocamos en hacer tecnología que los pacientes puedan utilizar en sus actividades de la vida diaria y nos gustaría que se convirtiera en un estándar en el tratamiento para una amputación, de esta forma los precios disminuirían", indicó el especialista.
Este novedoso aparato consta de un implante y una prótesis, que mediante la cirugía se coloca el implante de titanio en el hueso (las células óseas crecen alrededor del implante, proceso llamado oseointegración) y un sistema de control que conecta electrodos a músculos y nervios. Esta prótesis permite tener sensaciones, libre movilidad y prácticamente se maneja con la mente.
La oseointegración (la cual no sucede con otro tipo de material, como acero inoxidable, pues éste genera encapsulamiento e inestabilidad mecánica) podría acabar con problemas de inflamación, rozaduras e incomodidad de las prótesis convencionales de encaje o socket, pues "estas presionan fuertemente el muñón, se siente como tener zapatos que aprietan permanentemente y no es confortable", explicó Ortiz.
"Nos enfocamos en hacer tecnología que los pacientes puedan utilizar en sus actividades de la vida diaria y nos gustaría que se convirtiera en un estándar en el tratamiento para una amputación, de esta forma los precios disminuirían", indicó el especialista.
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