La teoría de la resurrección ha obtenido un gran número de seguidores luego de la publicación del libro "El Efecto Lázaro" de Sam Parnia, director de investigación de resurrección en la Universidad Estatal de Nueva York. Según dicha publicación, es posible resucitar a una persona fallecidas, y hace hincapié en que sus metodologías deben ser extendidas por el mundo para salvar a más personas, el libro incluye los consejos y análisis de la experiencia en esta praxis.
Sam Parnia dice que la técnica más eficaz para resucitar a una persona fallecida es enfriar todo su cuerpo con gel para reducir al actividad metabólica en las células y conectarlas a un oxigenador de membranas para que se active la circulación de la sangre.
Se conoce que en los hospitales de Corea del Sur y Japón ya tienen instaladas dichas máquinas de oxigenación, con las cuales se han podido resucitar a personas de hasta siete horas después de que su corazón ha dejado de latir, acto por el cual los médicos piden su instalación en ambulancias y hospitales de todo el mundo.
Según Parnia resucitar a un fallecido es un proceso complicado, laborioso, nada barato, pero sí posible.
De igual manera, Parnia confirma su teoría gracias a que se ha logrado comprobar que las células del cerebro son “viables” y pueden ser cultivadas en un laboratorio hasta cuatro horas después de la muerte de una persona, las células de grasa viven durante 13 horas, la de la piel 24 horas y las de los huesos cuatro días.
El pasado año 2012 los médicos consiguieron resucitar al centrocampista del Bolton Fabrice Muamba, quien a causa de un paro cardíaco se desplomó en el minuto 41 del partido entre el Tottenham y el Bolton por la Copa de Inglaterra. Muamba obtuvo una segunda vida luego de un infarto masivo y más de una hora sin respirar.
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